"Nos hacemos presentes algunas familias que tenemos entre nosotras vínculos de facto y que existimos por fuera del modelo nuclear, biparental, heterosexual, productivo y reproductivo, que convive en un solo lugar. Los vínculos que nos hacen familia van desde una afectividad, sexual o no sexual, entre nuestros miembros, pasando por la convivencia, un proyecto común de vida, un pacto de solidaridad entre algunas personas, intereses culturales, sentidos subjetivos de pertenencia, por mencionar algunos.
No pensamos que el Derecho tenga que calificar en nuestros vínculos mientras estos no sean ilícitos; y por ilícito sólo podrían entenderse sociedades de convivencia cuya existencia atentara contra principios constitucionales, derechos humanos o la ética laica. Tampoco pensamos que el Derecho tenga que favorecer la convivencia física y basada en vínculos sexuales y reproductivos sobre cualquier otro tipo de convivencia, pues muchas familias no convivimos ni nos asociamos alrededor de lo sexual, lo reproductivo, o lo sexual-reproductivo. Favorecer ese modelo único sería contradictorio con los principios constitucionales que esta Constituyente no puede renunciar: igualdad de géneros, libre desarrollo de la personalidad, no discriminación por condición social –como lo es el estilo de vida que implica un vínculo familiar u otro – protección sobre la intimidad, y autonomía sexual y reproductiva."
(*) Intervención de Eli Vásquez en Montecristi, Constituyente 2008
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