Foto de Ana Almeida, Quito 30-06-2012 |
Orgullo
Valeria Flores, Activista Independiente Argentina
Valeria Flores, Activista Independiente Argentina
Hoy, 28 de junio de 2012, día internacional del orgullo LGTTTBI, año de aprobación de la ley de identidad de género en Argentina, esta tortillera machota provinciana maestrita de Neuquén feminista heterodoxa prosexo puta de cama vacía fetichista del cuero, deserto de ser tu mariposa disecada en el muestrario de la diversidad para que me observes con el regocijo del cazador ensimismado con su obra.
Hoy, escribo porque alguien alguna vez me invitó a una actividad y me dijo: escribite un textito, leete un poemita; y esto me salió. Hoy, entre Stonwall y Neuquén hay años de distancia imperiales, kilómetros de sangre originaria, gritos de repudio porque el cabo Poblete, asesino del maestro Carlos Fuentealba, sale impunemente de la cárcel custodiado por sus amigos de la yuta, al mismo tiempo que dentro de otra cárcel asesinan impunemente a Cristian Ibazeta por ser testigo de torturas y vejámenes contra decenas de policías. Hoy, a 10 años de la muerte de Kosteki y Santillán, entre femicidios que crecen y úteros que siguen siendo propiedad del Estado y el aborto criminalizado, nos podemos casar, hermana compañera, y herederás mi deuda y mis escritos de lesbianita rabiosa y tímida, como me definió el psicólogo de turno. Hoy, a tres años del golpe militar en Honduras que sigue con su política de muerte y a pocos días del golpe parlamentario en Paraguay, el intendente de la capital neuquina quiere una ciudad Limpia, Segura y Ordenada, y arrasa a camionadas de tierra con los espacios culturales. Hoy, las economías libidinales del peronismo retienen en sus fluidos al pueblo que, bien se entienda, es “buena gente”. Hoy, entre banderitas del orgullo, logros y derechos humanos, con genocidas juzgados y otros en espera, me pregunto ¿cuántos pueblos mudos en ese pueblo? Hoy, que la industria extractiva y sojera se lleva el recórd de protestas sociales criminalizadas. Hoy, cualquier disidencia en la dicotomía política que supimos construir es tachada de derecha, pero mientras esta boca es mía y el estómago de los comerciantes y los sueños de los empresarios. Hoy, casi cuarentona y miope, apenas me roza la algarabía popular de los derechos. Hoy, a tu tortita mariquita travesti trans mariposa exhibida le atravesás el cuerpo, nuestro cuerpo, con tu mirada de alfiler en cada inspección ocular que me hacés, en cada gesto de desconcierto que mostrás, en cada distancia que marcás, en cada deseo de que “no te pase” que bosquejás, en cada silencio que me imponés, en cada rezo que me brindás. Hoy, con tu capital del orgullo rosa en el ombligo del país, tenés un racismo y una xenofobia en la punta de una lengua demasiado blanca, demasiado cheta, demasiado shopping, demasiado country. Hoy, deserto de tu prolijidad y transparencia para hablarme en nombre del Estado, porque algo se queda te queda afuera, porque olvidás, porque suprimís. Pero no te preocupes, porque hoy yo te lo vengo a traer. Hoy, los enemigos, lxs activistas, mis amigxs, me dirán que no tengo razón, seguro es así, por suerte, porque la desobediencia se desprende de un acto de locura. Hoy, te vengo a traer el alboroto de los cuerpos para desordenarte un poco el protocolo de la normalidad re-hecha, te traigo la fiesta de los deseos que se salen del marco de la vitrina, y además traigo muchos nombres escritos en la memoria de nuestras luchas sexuales, que son la ausencia efervescente bullendo en el estallido de tu colección espléndida. Hoy, me pedirás las gracias por tu laborioso y puntual trabajo al convertirme de una mariposa pisada, invisibilizada y muerta en el jardín o en la calle, en una estampa endeble del cotidiano vivir. Hoy, te quiero recordar que me clavaste y que eso duele, aunque me traten de ejemplo, de cuota, de cupo, de caso, de minoría, de diferencia, para darme vida. Hoy, vengo a aletearte la cara y un poco el sexo de tu función, esa ficción que nos separa, ampara y desgarra, entonces te aleteo también la función del sexo, porque este 28 de junio exijo ser una mariposa vagabunda y errante, sin himnos que celebren nuestro dócil encierro en los marcos de una unidad sobradamente única.
Hoy, escribo porque alguien alguna vez me invitó a una actividad y me dijo: escribite un textito, leete un poemita; y esto me salió. Hoy, entre Stonwall y Neuquén hay años de distancia imperiales, kilómetros de sangre originaria, gritos de repudio porque el cabo Poblete, asesino del maestro Carlos Fuentealba, sale impunemente de la cárcel custodiado por sus amigos de la yuta, al mismo tiempo que dentro de otra cárcel asesinan impunemente a Cristian Ibazeta por ser testigo de torturas y vejámenes contra decenas de policías. Hoy, a 10 años de la muerte de Kosteki y Santillán, entre femicidios que crecen y úteros que siguen siendo propiedad del Estado y el aborto criminalizado, nos podemos casar, hermana compañera, y herederás mi deuda y mis escritos de lesbianita rabiosa y tímida, como me definió el psicólogo de turno. Hoy, a tres años del golpe militar en Honduras que sigue con su política de muerte y a pocos días del golpe parlamentario en Paraguay, el intendente de la capital neuquina quiere una ciudad Limpia, Segura y Ordenada, y arrasa a camionadas de tierra con los espacios culturales. Hoy, las economías libidinales del peronismo retienen en sus fluidos al pueblo que, bien se entienda, es “buena gente”. Hoy, entre banderitas del orgullo, logros y derechos humanos, con genocidas juzgados y otros en espera, me pregunto ¿cuántos pueblos mudos en ese pueblo? Hoy, que la industria extractiva y sojera se lleva el recórd de protestas sociales criminalizadas. Hoy, cualquier disidencia en la dicotomía política que supimos construir es tachada de derecha, pero mientras esta boca es mía y el estómago de los comerciantes y los sueños de los empresarios. Hoy, casi cuarentona y miope, apenas me roza la algarabía popular de los derechos. Hoy, a tu tortita mariquita travesti trans mariposa exhibida le atravesás el cuerpo, nuestro cuerpo, con tu mirada de alfiler en cada inspección ocular que me hacés, en cada gesto de desconcierto que mostrás, en cada distancia que marcás, en cada deseo de que “no te pase” que bosquejás, en cada silencio que me imponés, en cada rezo que me brindás. Hoy, con tu capital del orgullo rosa en el ombligo del país, tenés un racismo y una xenofobia en la punta de una lengua demasiado blanca, demasiado cheta, demasiado shopping, demasiado country. Hoy, deserto de tu prolijidad y transparencia para hablarme en nombre del Estado, porque algo se queda te queda afuera, porque olvidás, porque suprimís. Pero no te preocupes, porque hoy yo te lo vengo a traer. Hoy, los enemigos, lxs activistas, mis amigxs, me dirán que no tengo razón, seguro es así, por suerte, porque la desobediencia se desprende de un acto de locura. Hoy, te vengo a traer el alboroto de los cuerpos para desordenarte un poco el protocolo de la normalidad re-hecha, te traigo la fiesta de los deseos que se salen del marco de la vitrina, y además traigo muchos nombres escritos en la memoria de nuestras luchas sexuales, que son la ausencia efervescente bullendo en el estallido de tu colección espléndida. Hoy, me pedirás las gracias por tu laborioso y puntual trabajo al convertirme de una mariposa pisada, invisibilizada y muerta en el jardín o en la calle, en una estampa endeble del cotidiano vivir. Hoy, te quiero recordar que me clavaste y que eso duele, aunque me traten de ejemplo, de cuota, de cupo, de caso, de minoría, de diferencia, para darme vida. Hoy, vengo a aletearte la cara y un poco el sexo de tu función, esa ficción que nos separa, ampara y desgarra, entonces te aleteo también la función del sexo, porque este 28 de junio exijo ser una mariposa vagabunda y errante, sin himnos que celebren nuestro dócil encierro en los marcos de una unidad sobradamente única.
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