El matrimonio de Hugo Vera y Joey Hateley cuestiona, entre otras cosas, la insuficiencia de la institución del matrimonio heterosexual, la insuficiencia del sexo legal planteado en binario, la maternidad masculina, la imposibilidad de juridizar el amor y el deseo, la economia transnacional del matrimonio y la capacidad de usar el Derecho de modos subversivos y propositivos que lo transformen, en lugar de simplemente...
Fotografía, Fuente: Diario Hoy, 11-12-2010
Que ignorantes quienes tratan a Joey en femenino, diciendo que "en realidad es mujer" y diciendo que "en realidad el matrimonio fue heterosexual".
Decir esto es tan aberrante como decir que una trans femenina "en realidad es un hombre". Es coincidir con los retrógrados funcionarios del Registro Civil, que esgrimieron precisamente tal argumento y que tanto han lamentado tener que celebrar esta boda.
Negarle a Joey su calidad de hombre es TRANSFOBIA. Negar que un trans puede ser también gay es HETEROSEXISMO. Les preguntamos a los hombres gays que no son trans ¿alguien les exige que vayan por la vida aclarando que son hombres BIOLOGICOS para validar su identidad gay? No, cierto? Entonces, por qué le piden a Joey que vaya por la vida aclarando que es un hombre TRANS para validar su identidad gay? Y no es que Joey no lo diga, lo dice muy orgullosamente. Pero exigirle que se defina en función de su identidad de género y no en función de su orientación sexual es discriminación.
Empecemos a mirar que también al interior de lo gay, hay bastante más diversidad de la que quizás pensamos. Si esta boda cumple ese rol educativo, entre otros, nos alegramos mucho.